Una pediatra que transmite confianza es difícil de encontrar. Este post es uno de los pocos que suelo escribir ya que, el hablar de sentimientos a carta abierta, no es lo mío. Pero la ocasión lo merece aunque solo sea por desahogo.
Los inicios son los que marcan el presente
Todo sucede por alguna razón y aunque en determinadas ocasiones esa razón no la entiendas, con el tiempo seguro que se obtienen respuestas.
En este caso todo se remonta a hace dos años y medio atrás cuando nació nuestro bollito. Con él llegaron nuevas ilusiones, nueva etapa para nosotras llena de emociones, luz, vida y un sinfín de sentimientos más. Pero todo ello también llegó junto a un estado de defensa constante y «sufrimiento» para que nada le pudiera pasar,. La salud es lo principal.

Sin enrollarme demasiado he de decir que el bollito llegó a ser su mini paciente de casualidad. En un principio la mutua nos asignó a un pediatra para la primera visita pero cuando llegamos al centro nos informaron que no visitaba ese día y en su lugar estaba ella.
¡Todo fue coser y cantar! Nos encantó su trato agradable a la vez que guardaba las distancias. Nos cautivó su sinceridad frente a la naturalidad con la que nos explicó absolutamente todo lo que han de saber unas mamás primerizas como nosotras. Y sobretodo, nos enamoró su profesionalidad, su preocupación por nuestro bollito. Fue tal la confianza que nos dio su teléfono personal por si el bollito no iba subiendo de peso (ya que estaba bajito) y al haber un puente de por medio no se pensó en decirnos, llamarme si no sube de peso.
Desde ese mismo instante y hasta día de hoy todo ha sido muy fácil teniéndola como pediatra. Ya no solo por demostrar que es una pediatra de 10, sino también por mostrar desde el primer día tolerancia con la diversidad familiar.
Cualquier consulta o duda, e incluso por whatsapp, siempre nos la ha aclarado con la misma tranquilidad y profesionalidad que el primer día. Las visitas, ya sean por revisión o urgencias, da igual el tiempo que el centro tuviera limitado por cita, ella te atendía explicándote todo lo necesario y haciéndote sentir que no había prisa dedicándote el tiempo suficiente para que, tú al salir por la puerta, te sintieras tranquila.
Lo que transmiten algunas personas nos dejan huella
Sentir confianza con una persona, al menos para mí, es difícil y más si está en juego la salud de tu hijo. La pediatra juega un papel muy importante, el no saber y dejarte aconsejar yendo a ciegas a sido la mejor aventura junto a ella durante todo este tiempo. Da igual que tema fuera, tiene una luz que solo ella sabe interpretar. Te observa, lo observa desde la distancia y ya sabe qué pasa y como combatirlo.

¿Suerte? mucha. ¿Y ahora que? Pues eso mismo me dije yo llevándome las manos a la cabeza este miércoles al enterarme que dejaba la sanidad privada para seguir ejerciendo la sanidad pública (un centro donde nosotrxs no podemos acceder por localidad), como hacía en paralelo.
Recuerdo que en una ocasión, ella también dejó uno de los centros privados, el primero donde tuvimos la suerte de encontrarla, pero sin pensarlo nos fuimos con ella al siguiente. Teníamos claro que donde fuera ahí estaríamos. Ahora ya no tenemos esa suerte y nos toca buscar y seguir nuestro camino en sus recomendaciones.
Para ti, sin ser un adiós
Mil gracias por todo este tiempo inmersa en tu trabajo, tratándonos con esa confianza para hacernos sentir tranquilxs. A tu lado todo ha sido fácil y el bollito ha ido creciendo durante este tiempo sano y tranquilo.
Nos has transmitido calma y nos has iluminado de buenos consejos y rutinas que seguiremos al pie de la letra.No olvides nunca que eres una pediatra de 10.

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