El primer cumple de Nil, nuestro príncipe, fue el 23 de noviembre del 2016 fue. 1 año con sus 365 días inolvidables.
Los meses previos a su cumple iba pensando en como quería que fuera su día, su fiesta, la temática de la celebración, las invitaciones, el pastel, un sinfín de dudas que hacia que el cumpleaños me diera dolor de cabeza para que todo saliera perfecto y para que no le faltara ningún detalle. Conclusión: a él le iba a dar igual que tuviera, la temática y el resto de detalles que a mí me importaban, él solo iba a percibir que estuvieran ahí junto a él todas las personas que formamos parte de su vida y que le diéramos cariño.
Una de las cosas que finalmente tenía claro era que la temática fuera muy sutil y minimalista, no cargada de colorines pastelosos por todos los rincones. Tenía obsesión por su nombre en letras de madera y pintadas por mí «algo en mi caso difícil dado a mi poco tiempo» este fue el resultado:
Una vez elegida la temática, buscando en diferentes tiendas, nos decidimos por algo muy sencillo y de animales, dado que veíamos que Nil se empezaba a fijar mucho en ellos en los diferentes cuentos que tiene.
Al fin y al cabo me centré en lo importante, en él, era su día y por muy pequeó que fuera quería que a su manera disfrutara de su fiesta. El primer añito, siempre nos da la sensación que como el primer año ninguno pero lo cierto es que todos y cada uno de los años que vas cumpliendo son únicos. Así que manos a la obra y a hacer de esta celebración una fiesta.
¿Y que hacemos con el pastel?, aquí cuento con unas manos increíbles que hicieron que la temática de la celebración se plasmara en su pastel. Alicia, se sumergió en lo más profundo de si misma para crear este fabuloso pastel hecho de bizcocho y cobertura fondant con los animalitos de la fiesta. He de confesar que le quedó de lujo además de estar delicioso. (os he puesto su link por si tenéis alguna celebración en mente y dudas en donde hacer vuestra petición ?
No hay momento más feliz que ver a tu hijo como interpreta su alrededor y te lo intenta transmitir a su manera, con gestos, miradas, bailando, … y siempre con su eterna sonrisa.
Si he de resumir estos 365 días, a parte de decir que han sido inolvidables cada uno de ellos, principalmente le he de dar las gracias a él.
Gracias Nil por enseñarme a querer como a nadie podré hacer, a vivir cada segundo intensamente, ha pasar los días como zombie por sus fiestas nocturnas y darme cuenta que ¡puedo!, a sobrevivir a sus rabietas, a creer en los abrazos, a derretirme por cada beso…y sobretodo gracias por enseñarme a ser madre, tengo mucha suerte de que seas mi hijo.
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